Tres verdades sobre la inteligencia emocional
Si queremos vivir con plenitud y conciencia, es necesaria cierta destreza para movernos en tres ámbitos distintos: el mundo externo, el mundo interno, y el mundo de los demás.
El respeto y el amor despejan la hostilidad de todos los ámbitos de nuestra vida. Estos dos los comunicamos de diversas maneras, mayormente a través de nuestro lenguaje verbal y no verbal.
Por otro lado, el liderazgo tiene que ver con la influencia que ejercemos sobre los demás, no con el control de ellos, sino con el arte de persuadirles para colaborar en la construcción de un objetivo común.
De esto trata la inteligencia emocional, concepto que Daniel Goleman hizo famoso y continúa difundiéndolo en el ámbito organizacional.
¿Qué es entonces la inteligencia emocional?
La Inteligencia Emocional (IE) es la capacidad para identificar y gestionar nuestras propias emociones y las emociones de los demás.
Las personas con una alta IE se sienten cómodas consigo mismas, mejoran sus relaciones personales y comunicación, desarrollan empatía, aumentan su autoconfianza, reducen sus niveles de ansiedad, incrementan su autoeficacia; entre otros beneficios.
En la teoría de Howard Gardner sobre las inteligencias múltiples se puede identificar bajo los nombres de inteligencia interpersonal e intrapersonal.
Existen al menos tres verdades acerca del IE que podrían hacer una diferencia en cómo manejamos nuestra vida y profesión:
La inteligencia emocional es mucho más que ser empático o “bueno”
Existe una mala concepción general de que una persona con un alto IE es empática, amable y políticamente correcta. Y aunque en cierta forma es verdad, un líder con inteligencia emocional muestra más que esas tres cualidades de la personalidad. Él o ella muestran un entendimiento profundo de su propia conciencia y la de los demás, siendo capaces de manejar las reacciones emocionales y mantener una positiva relación con los demás.
La Inteligencia Emocional es más importante que el Inteligencia racional
La inteligencia emocional debe trabajar en conjunto con otras funciones mentales y cognitivas. En otras palabras, la IE necesitará trabajar junto a la inteligencia racional. Los estudios han demostrado que la IE no puede funcionar de manera aislada y que tiene una relación interdependiente con la inteligencia intelectual y otras inteligencias.
La inteligencia emocional puede ser aprendida y desarrollada
De acuerdo con Tomas Chamorro-Premuzic, Profesor de Psicología de Negocios de la University College London, nuestro nivel de IE es firme pero no rígido, lo que significa que puede ser mejorado hasta cierto punto mediante esfuerzo consciente. Las mejoras a largo plazo requerirán dedicación y entrenamiento significativo. Ciertamente cada individuo tiene un temperamento inherente diferente, sin embargo, la IE puede ser desarrollada gradualmente.
¿Para qué sería útil desarrollar nuestra IE?
Si has observado ciertas emociones que se convierten en actitudes desmedidas de agresividad, enojo o ira, hostilidad, frustración, tristeza, etc. y esto te causa una comunicación deficiente con tu pareja, tu jefe, tu socio de negocios, tus hijos, o en general cualquier persona con la que tienes interacción; también ¿Te han causado conflictos? ¿Te generan estrés o ansiedad? Sí esto pasa, entonces eres candidato para desarrollar o mejorar tu IE ¿No sería fabuloso que al conocerte a ti mismo identificando qué emociones experimentas, pudieras mejorar tus relaciones interpersonales tanto en el ámbito personal como en el profesional? ¡Prepárate! porque pronto lanzaremos un taller para incrementar tu IE con el objetivo de mejorar tus relaciones laborales y personales, lo que estamos seguros ¡cambiará tu vida!